CUERPO, MENTE, PSICOLOGÍA

 

 

 

CUENTO DE CUERPO Y MENTE

Érase una vez una Mente que guiaba un Cuerpo:

-Hay que comer- , -tienes que hacer esto, y esto otro-

El cuerpo le seguía porque la mente mandaba. Mente iniciaba fantasías, películas que a veces no se cumplían, forzaba porque quería que Cuerpo cumpliera lo que ella deseaba.

Cuerpo se sentía abatido de tanto trajín, cansado de verse forzado a veces a hacer cosas que realmente no le apetecían, a estar en lugares donde no se sentía a gusto.

Estaba claro que no llevaban buena relación, no fluían de manera natural.

Mente sufría, porque era muy exigente, quería cumplir metas, expectativas y todo dentro del plazo de tiempo que ella misma se imponía.

 

Cuerpo no le seguía, llevaba otro rollo, más orgánico, de sensaciones, de energía. Pero no era validado y se sentía un cero a la izquierda, no existía, a pesar de convivir en el mismo espacio eran completos desconocidos.

 

Mente nunca se había cuestionado que le sucedía, estaba acostumbrada a llevar la voz cantante, a forzar y también presionar. Entonces el Cuerpo se enfermaba, se bloqueaba, se contraía… y Mente seguía sin escuchar, tiraba hacia delante, porque ¡podía llegar a cualquier lugar! Podía fantasear, podía viajar, y podía exigir cumplir películas mentales. El Cuerpo no siempre le podía seguir, pero como no se podían separar, iba de todas formas.

Entonces Cuerpo a órdenes de Mente, se agitaba, se llenaba de comida (¡porque era la hora de comer!), se fatigaba de deporte (¡porque hay que estar figurín!), se llenaba de actividades, eventos (¡porque hay que hacer cosas!), se atiborraba de textos y libros (porque hay que ser culto!), se llenaba de toxinas una noche de fiesta (porque la vida hay que disfrutarla!!!). A Mente también le encantaba cortar a Cuerpo cuando estaba disfrutando (¡porque te arrepentirás!), cuando fluía (¡esto no es lo correcto!).

Un día alguien le dijo a Mente: -Mente, ¿Sabes que tienes un cuerpo? ¿Cuentas con él? ¿Lo escuchas y sabes que es lo que necesita? ¿Para qué lo tienes? ¿Para que lo usas? ¿Cómo lo tratas?

¿Si el cuerpo pudiera hablar, qué te diría?

Y entonces Mente, que se quedó alucinando con tantas preguntas desconocidas, miró hacia abajo y escuchó:

 

  • ¿Qué pasa Mente? ¿Puedes darme un poco de tregua? ¿Puedes parar de exigirme, cortarme las alas, presionarme y hundirme? Mente relájate conmigo, lo necesito, quiero que vayamos a la par, para poder brillar.

Para que pueda haber una sinergia de luz interior tenemos que ir a la vez, deja de forzarme, respétame, a veces no quiero salir, a veces no tengo hambre, a veces no tengo energía y deja de machacarme, de repetir historias que me atormentan, deja de exigirme, de menospreciarme, y de creerme menos.

Quiero paz, respeto, hábitos saludables, placer, satisfacción, energía, luz, buenos alimentos, buen oxígeno.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *